Opinión | Tribuna

Menuda anacronía

Horas después de que este periódico publicase mi artículo “La exclusiva de Leal da Cámara”, una amiga lectora me pasó el aviso: “… en el último párrafo hay una fecha que no puede ser”. Verifiqué la indicación con la versión digital del diario donde figuraba, efectivamente, que “Miguel de Unamuno había dictado una conferencia en Figueira da Foz en agosto de 2014”. Es decir, noventa años después de aquel suceso.

Por un instante me quedé cavilando: ¿despertaría de su sueño eterno el ex rector de Salamanca?. ¿Habrían sido capaces los portugueses de revivir la charla de su gran amigo, sirviéndose de la holografía con láser?. ¿Seguiría tan vigente el intelectual bilbaíno que su inspiración traspasaba las fronteras y los siglos, el espacio y el tiempo?. Fue un momento de aturdimiento, lo reconozco.

Apenas repuesto del mal trago, me puse en contacto con el director de “El Correo Gallego” para corregir la anacronía. Con su ayuda, el discurso unamuniano volvió a su ser en la página web del rotativo a las cuatro y cuarto de la tarde. Cambié luego de bando irracionalmente, poniéndome del lado de los defensores de la inteligencia artificial, ensalzando las virtudes de internet y alabando sus ventajas para difundir los hechos en tiempo real. Nada de recordar a los guionistas de Hollywood que le ganaron la partida a las empresas de IA, expurgar los riesgos que posee su variante generativa para los procesos de creación, ahondar en el peligro que supone la manipulación de las imágenes de cara a la privacidad e intimidad humanas.

Una alegría oportunista mía que duró muy poco tiempo. La versión del artículo en papel mantendría la equivocación. Y ya que había molestado una vez a quien dirigía el periódico, no le iba a pedir encima que publicase una fe de erratas, o de errores -según la envergadura que cada cual quiera dar a mi patinazo-. Así pues, sometido a los sistemas analógicos no quedaba otra que acudir a la tradición. Eché mano entonces del procedimiento seguido por mi padre cuando se deslizaba algún error en sus “anacos”. Escribía otro nuevo a renglón seguido, devolviendo la exactitud a lo que de verdad había querido contar. Por lo tanto, quede claro: Unamuno dictó su conferencia en agosto de 1914.

Y si los duendes de la imprenta llevaban razón, tampoco sería mala idea acercarse este verano a Figueira da Foz. Por allí desemboca el río Mondego, tiene un clima similar al gallego y acoge la visita de numerosos turistas. ¿Quién sabe si don Miguel irá a darse una vuelta en el mes de agosto a su playa nudista “Coimbra”, seguidor que fue de esta doctrina durante su destierro en Fuerteventura, y decide tostarse un rato al sol sobre las arenas portuguesas?